"En definitiva, un delicado
caleidoscopio del dolor que atraviesa la memoria del lector, no para herirlo,
sino para construir calidez a través del diálogo, del matiz inadvertido. La
palabra se hace periscopio, propuesta de oxígeno. Como en el final del poema, Anotaciones al margen:
Por eso, en la última noche de los
tiempos,
te subes al coche, mientras la brisa aleja
el sudor, y atropellas
el plazo que desmienten las
ciudades."
Para leer aquí: http://www.ojosdepapel.com/Index.aspx?article=4382
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