martes, 26 de junio de 2012

Reseña de Noche sin clausura:

Reseña de Noche sin clausura (Laura Giordani) en la revista tendencias21. Escrita por Lucía Boscà. Una estupenda reseña que ahonda en el ritmo, y la atención consciente de lo que rodea a la poeta, esa "escucha" de lo frágil y esa necesidad de nombrar lo cotidiano y sus misterios, las pequeñas cosas que entretejen y sustentan lo invisible: 


“Al comienzo fue el verbo - ¿por qué, papá?” Con esta pregunta en boca de un niño termina Sacrificio, la última película de Andrei Tarkovski, pregunta que queda suspendida entre las ramas de un árbol, bajo una atmósfera casi romántica, mientras suena el aria nº47, Apiádate de mí, Dios mío (Erbarme dich, mein Gott) de La pasión según San Mateo (Matthäuspassion), de Johann Sebastian Bach.

Esta misma escena visual podría presenciarse, con algunos elementos diferenciales, en Noche sin clausura: la misma pregunta, el mismo niño, la misma música. O al menos la misma pregunta por la infancia y por la música. Y es que la escritura de Laura Giordani es una escritura de la escucha, escritura que, gracias a su música, se queda y deja sin conceptos, sin ideas fijas.

En este punto es posible acordarse de aquel personaje de Borges a quien parecía faltarle el tiempo y el espacio para nombrar todos los detalles de la realidad que le rodea. Como escribía Borges: "No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversas formas; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente)."

La molestia que padecía Ireneo Funes, el memorioso de Borges, está cerca de la que parece removerse en la escritura de Laura Giordani. En este espacio común aparece una condena a crear un nuevo lenguaje para nombrar lo ya visto por el simple hecho de ser sentido de otro modo y también por la imposibilidad de decirlo.
 
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