jueves, 16 de diciembre de 2010

Sobre "Suponiendo la cicatriz como posibilidad de la herida", por María Solís Munuera

Las cenizas de Freud deben de estar revolviéndose en su urna. Está cabreado por puro deseo de gozar.

¿El motivo?: En 1919 el austriaco publicó un ensayo sobre "lo siniestro" y para su estudio utilizó el cuento "El hombre de la arena", de E. T. A. Hoffmann. En 2010 la editorial Amargord publica "Suponiendo la cicatriz como posibilidad de la herida", de Rebeca Álvarez Casal del Rey. Y con este poemario y su reflexión y uso y aplicación a lo real de "lo siniestro", la autora da carpetazo, sin avisar y en las narices, al hombre de la arena como objeto de análisis en este campo: tan espeluznante varón puede considerarse sepultado en el cubo de un niño de playa levantina.

Freud y cualquier estudioso de "lo siniestro" y de sus relaciones con lo bello se chuparía hasta los tuétanos.

María Solís Munuera (Culturamas)

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