La lectura de Niña pluma, niña nadie provoca la sensación, tan placentera como inusual (o tan placentera, precisamente, por lo inusual), de estar ante un trabajo bien hecho.
No se le ven las costuras, no le sobra un plano. Escrito con iguales dosis de madurez y frescura parece nacido, entre otras muchas cosas, de la cristalización de noticias de telediario. Aunque hay que añadir que, con su personalísimo e inteligente uso de la ironía, Mar Benegas da una vuelta (o varias) al concepto de denuncia.
Los niños toman la palabra, en primera persona del plural. Testimonio de la víctima más frágil de todo conflicto. Hoy, ayer, siempre. En todo lugar. Y, sin embargo, hay esperanza.
Con mucha hondura pero en cambio, si se relee una y otra vez, no es porque ninguna densidad dificulte su comprensión. Es para saborearlo del todo, más despacio, después de haberlo bebido de un trago la primera vez.
“y entre escombros
tocó con sus dedos
-siempre-
una ligera esperanza”
4 comentarios:
Qué buena lectura, Rebeca.
Hay ganas ya de tener el libro
de Mar Benegas entre las manos.
Un cordial saludo,
Ya queda menos para que el libro deje de ser un pdf, y para estar en Valencia con vosotros presentándolo.
Un abrazo!
Estamos todos ansiosos por verlo, saborearlo, oler la poesia de mar mezclada con el maravilloso olor del papel
En octubre estará impreso y en noviembre presentado.
Ganas ya de conoceros en persona.
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