Ese reptil anegado en barro.
La experiencia del frío verde
y la humedad,
las calles desiertas
al grito.
El residuo animado y chirriante
que deja el dolor
tras de sí.
Nada.
Nada alrededor.
Como si un muerto
anidase el vientre.
Y una advertencia en el aire:
el dolor lo engulle todo.
2 comentarios:
me gusta Ana Vega, pero especialmente este...
sí, este me encanta
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