RAZÓN DE OLVIDO
Con agujas de pino, cosía un dobladillo
a una hoja caída.
Después me la entregó.
Me la puso en la palma de la mano.
Dijo que era una estrella.
Me gusta este verso donde escribo mi nombre.
Ahora, le doy la vuelta a los bolsillos
buscando aquella hoja.
Tal vez su corazón recoge lluvia.
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