PIEDRAS DE HUMO
Da miedo sentarse a esperar, donde ya ha estado sentado de largo uno mismo.
Pasarlos hacia atrás: no poder rellenar una página en blanco: ningún amanecer se queda con nosotros.
No hay ninguna canción que cuente quién has sido.
La verdad es que tienes cada vez menos pulso, y que las amapolas no coagulan la sangre.
No hay ninguna canción que cuente quién has sido.
La verdad es que tienes cada vez menos pulso, y que las amapolas no coagulan la sangre.
Da miedo que se corran las cortinas de humo, y que nos descubramos pequeños como puños, cerrados como puños, frágiles como olas. Y que el mar, tanto mar, no llegue a tierra firme,
o que nos cuestionemos
tú y yo
en quien nos escribe.
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